Según el libro blanco de la Atención Temprana, se define este concepto como: “El conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al entorno, que tienen como objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlo. Estas intervenciones deben considerar la globalidad del niño”. Su objetivo principal es atender los trastornos del desarrollo en el niño y/o la prevención en caso de tener riesgo de padecerlos, favoreciendo un desarrollo evolutivo lo más normalizado posible. Otros objetivos son:
- Intentar reducir los efectos del déficit o trastorno.
- Evitar o reducir cualquier déficit secundario.
- Aportar mecanismos compensatorios adaptando sus necesidades específicas.
- Optimizar el desarrollo y la autonomía del niño.
- Cubrir las necesidades de la familia y el entorno en la medida de lo posible.
- Hacer partícipe activo al niño en su intervención
En la Atención Temprana, cobra un papel importante la figura profesional del logopeda, encargado de fomentar la intención comunicativa, favorecer la adecuada estructura de la comunicación y su funcionalidad, rehabilitar la deglución, corregir el tono y la función de los órganos orofaciales, proporcionar estimulación multisensorial, potenciar la adquisición de los patrones normoevolutivos en las áreas que competen a la logopedia…
En esta etapa, la detección precoz es fundamental, pero en ocasiones, los padres se encuentran con falta de información sobre los hitos del desarrollo que deben adquirir sus hijos a edades concretas. Por ello, añado un breve resumen orientativo referente a estos hitos del desarrollo normoevolutivo en los primeros meses de vida:
- Relativo al desarrollo oromotor:
- 0-4 meses – Movimientos de extensión-retracción de la lengua: succión.
- 4-6 meses – Transfiere el bolo desde la parte anterior de la lengua a la faringe.
- 6-8 meses – Aparece el patrón de masticación.
- 8-12 meses – Lateralización lingual del bolo.
- 12-18 meses – Puede masticar y buena lateralización.
- 18-24 meses – Masticación rotatoria. Presión de cuchara y vaso.
- Relativo al desarrollo neuromuscular del lactante:
- 0-3 meses – Coordinación succión-deglución. Movimiento de extensión de lengua.
- 4-6 meses – Aumenta el control labial para el cierre (movimiento del labio inferior hacia arriba al retirar la cuchara). Alimentación con cuchara.
- 7-9 meses – Chupa y muerde objetos. Comienza la masticación (movimientos mandibulares arriba-abajo, movimiento laterales linguales para recoger el bolo y hacia paladar para deglutir). Sin movimientos de succión.
- 10-12 meses- Bebe líquidos en taza o vaso con boquilla junior. Movimientos de masticación más independientes, rotatorios. Es capaz de masticar galletas y pan, y se lo lleva solo a la boca.
- Relativo a las vocalizaciones:
- 0-2 meses – Al succionar y deglutir, aparecen llantos, diversos ruidos y gritos.
- 6-12 semanas – Sonrisa
- 3 meses – Diferenciación de los llantos según demanda (hambre, dolor, sueño…)
- 4 meses – Carcajada
- 6 meses – Aparece el balbuceo, primero con vocales y luego con consonantes y, consecuentemente, comienza el feed-back con el adulto.
- 7-8 meses – Comienza a combinar vocales y consonantes. La mayoría de los sonidos no implican movimientos linguales, más bien labiales.
- 10-12 meses – El balbuceo gana en claridad y precisión. Se identifican las series de sonidos producidos. Las vocalizaciones son más cortas, pero más numerosas. Mejora el control de la respiración. Produce las primeras repeticiones intencionales. Los sonidos que se oye así mismo le agradan y los repite. Reproduce la entonación del adulto.
Ante cualquier duda o sospecha, es necesario acudir siempre a un profesional.